Médico Gastroenterólogo
Médico Cirujano (Universidad Nacional de Trujillo, Perú), Especialista en Gastroenterología (Hospital Clínico San Carlos, Madrid), Máster en Endoscopia Avanzada (Universidad de Barcelona)
La pandemia producida por el coronavirus ha sido una tragedia a nivel mundial. Las estadísticas nos muestran que los países que mejor están controlando la propagación del virus son los asiáticos (Japón, Corea del Sur, China, Singapur, entre otros). Las epidemias en años previos sufridas en Asia les permitieron crear protocolos de actuación y concientizar a la población para situaciones similares en el futuro. La pandemia ha puesto en evidencia nuestra falta de preparación y, en cierta manera, el fracaso de la Epidemiología y Salud Preventiva y, en otros entornos como en el Perú, además ha puesto en evidencia la insuficiente infraestructura y la obsoleta fragmentación del sistema sanitario peruano.
La unificación de los sistemas sanitarios en Europa fue un cambio de modelo que se realizó en el siglo pasado, creando un sistema que se fundamente en la Atención Primaria (resuelve el 70% de los problemas de salud de la población). A pesar de toda la infraestructura de la sanidad europea, la pandemia ha golpeado con fuerza por una deficiente contención del virus. Se aplicaron medidas de aislamiento cuándo había muchos casos y, muy importante, no se realizó una identificación y vigilancia de los casos asintomáticos, leves o sospechosos oportunamente (fracaso de la Epidemiología y Medicina Preventiva) porque no había protocolos definidos.
Fracaso de la Epidemiología y la Medicina Preventiva
En el Perú, conocedores de la deficiente infraestructura y precariedad de nuestro sistema sanitario, se decidió por una decisión correcta: cuarentena global (con menos de 100 casos). A pesar de aplicar esta estrategia precoz no tuvimos éxito porque cometimos el error de creer que la cuarentena por sí sola hacía milagros y no hubo una estrategia proactiva en la identificación y aislamiento de los casos asintomáticos, casos leves, sospechosos o a los contactos de los primeros casos confirmados, todo esto a pesar de contar con 2-3 semanas de ventaja y la experiencia que se vivía en Italia o España.
Fragmentación y déficit del sistema de salud peruano
Ahora que la crisis del coronavirus ha explotado en nuestro país, es cuando más necesitamos de políticas y estrategias coordinadas. La fragmentación de nuestro sistema de salud en EsSalud, Minsa, Hospital de la Policía, Hospital de Ejército, entre otros, nos hace pensar si realmente tenemos un sistema sanitario. Además, ha sido un obstáculo en la aplicación de una estrategia conjunta a diferentes niveles (desde la falta de liderazgo, compra de materiales, descentralización de la atención, distribución de recursos/equipos hasta la masificación de actos de corrupción).
Hospitales colapsados en la fase inicial de la pandemia han demostrado la falta de inversión en salud en los últimos años.
Atención al aire libre o dentro de espacios cubiertos de plástico o madera, personas fallecidas por falta de oxígeno, personal de salud sin medios de protección (guantes, mascarillas, batas, etc.), falta de medicamentos, son sólo la punta del iceberg que demuestran lo abandonado y poca importancia que se ha dado a nuestro sistema sanitario en las últimas décadas.
Todas estas carencias nos ridiculizan como país cuando escuchamos hablar de los más de mil millones de dólares que teníamos ahorrados y que ahora simplemente no existen (y hemos comenzado a endeudarnos emitiendo bonos). El coronavirus pasará, lloraremos a nuestros muertos, pero ¿seguiremos igual que antes?
Oportunidades de mejora después del coronavirus
El 2020 ha sido llamado como el año de la universalización de la salud. Una clara declaración de intenciones, una declaración del derecho a la salud de todos los peruanos, sin importar su condición social y con ello viene implícito una igualdad en los servicios de salud. Y esta crisis sanitaria es una clara oportunidad para dar el gran paso.
Conseguir este objetivo se puede hacer bajo el obsoleto modelo actual (equiparar el resto a EsSalud), pero una estrategia más costo-eficiente, es unificar los diversos sistemas en un único modelo: el Sistema de Salud del Perú (SSP). Esto permitiría un presupuesto único, negociar mejores precios con los proveedores, fiscalizar mejor, reducir gasto en cargos intermedios, movilización de profesionales de un hospital a otro, creación de centros especializados, etc.
El modelo del SSP debe ir acompañado de la mejora de nuestra infraestructura (modernizar nuestros hospitales) y seguidamente de la implementación de un sistema de historia clínica electrónica universal para todo el Perú (estos programas existen; sólo hay que decidir e invertir en uno de ellos), además se debe equipar de computadoras y de un equipo de personas especializadas en informática.
Este modelo unificado con un sistema informático universal ofrecería muchas ventajas. Por citar un ejemplo, se podrían obtener datos reales de forma rápida para la toma de decisiones políticas y en la atención diaria de los pacientes. También brindaría la oportunidad de explotar base de datos y llevar la investigación clínica en nuestro país a otro nivel.
El cambio está en nuestras manos. Dejemos a nuestros hijos un mejor sistema sanitario.
Una estrategia más costo-eficiente, es unificar los diversos sistemas en un único modelo: el Sistema de Salud del Perú (SSP)
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