Docente – Facultad de Ciencias Sociales, Educación y de la Comunicación (Universidad Nacional Santiago Antúnez de Mayolo), Magíster en Educación Bilingüe Intercultural (Universidad Nacional Mayor de San Marcos), Doctorado en Educación (Universidad Nacional de Trujillo).
Nuestra sociedad peruana está afrontando, desde el 06 de marzo del presente año, la pandemia del COVID-19 y desde el 15 de marzo, el aislamiento social, para evitar el contagio del virus que va diezmando a muchas naciones del mundo.
Según palabras del Dr. Elmer Huerta, médico ancashino muy reconocido a nivel mundial, “Nada será igual después de esta pandemia”. Precisamente nada, absolutamente nada, debe ser igual a los tiempos anteriores a la Pandemia del COVID- 19, porque esta crisis sanitaria se ha extendido a todos los continentes trayendo muerte, enfermedad, temores, angustias, incertidumbres, crisis en la salud mental y un sinfín de problemas y dificultades en la salud, la economía, la cultura, las costumbres, etc.
Todas las crisis, son y deben ser oportunidades de cambio; es decir, tiempos de transformaciones que permitan afrontar con fortaleza y con decisiones correctas y oportunas las consecuencias de la Pandemia. Entonces, debemos aprovechar esta oportunidad, que exige entre otras medidas, quedarse en casa (s.n) para comprender mejor los procesos del aprendizaje que exige el enfrentar la actual situación de crisis sanitaria en el Perú.
Precisamente por ello les invitamos a reflexionar conscientemente sobre lo que significará en nuestras vidas las crisis de esta dimensión. Hay una respuesta, posiblemente hoy no entendida, no reflexionada, y tal vez no considerada conscientemente para el futuro de la vida en sociedad. Nos referimos al proceso del DESAPRENDIZAJE.
La crisis sanitaria y sus consecuencias nos obligan a aprender y desaprender, a fortalecer nuestras buenas prácticas socioculturales, a recuperar antiguas prácticas colectivas de convivencia herencia de la cultura andina, a aprender nuevos aprendizajes, como por ejemplo incorporar, como parte de nuestra indumentaria cotidiana, las mascarillas protectoras y cuando estemos en lugares de alta afluencia aprendamos a poner en práctica la distancia social como una nueva manera de interrelacionarnos en la vida social, como bien nos recuerda la ex ministra Dra. Pilar Mazzetti, Jefa del Comando COVID-19. Asimismo, tenemos que aprender a desaprender varios saberes, actitudes y valores, acerca de las cuales seguiremos reflexionando en próximas publicaciones.
¿Qué debemos desaprender?
Nos urge desaprender varios aprendizajes manifestados en nuestras conductas, en las formas de pensar, de sentir, de creer y de valorar, incorporadas a nuestra personalidad mediante el proceso de socialización, cuando éramos niños, niñas, jóvenes, mediante la educación informal por los adultos, los amigos, la televisión, los grupos de pares, etc.
Anotaré lo que considero, en orden de importancia, lo que propongo desaprender:
1. El consumismo:
Hemos sido atrapados por las propagandas de las grandes transnacionales que nos tratan como a los pobres tontos y nosotros, especialmente de las clases bajas, nos hemos propuesto, “sin saberlo” a “hacer más ricos a los ricos y más pobres a los pobres”. Las propagandas que se meten a nuestra conciencia, sin que sintamos nada, similar al famoso coronavirus que no da síntomas durante la primera semana de contagio. Ejemplos hay muchos.
Cuando la mayoría de las mujeres compramos, a veces a costa del endeudamiento, ropa de moda, muchas veces no acorde al clima del pueblo o ciudad donde residimos, set de maquillajes que no es prioritario. Los varones, muchas veces, gastan buenas sumas de dinero en licores y reuniones amicales.
En el hogar comprarnos televisores para cada habitación sin tener siquiera un estante de diccionarios, de libros y material bibliográfico para que los miembros de la familia estén al día con el avance de la ciencia y la tecnología. Mucho más, si somos docentes de cualquier nivel educativo, no tenemos bien equipado nuestras herramientas de trabajo, el material tecnológico ni los archivos digitales. Debemos emular al campesino, que por más pobre que sea, tiene todas sus herramientas de trabajo y poquísimas veces se presta del vecino cuando tiene muchos trabajadores.
Aprendemos a priorizar nuestras compras. Debemos adquirir estrictamente lo necesario. Incorporar a nuestras compras, los artículos de limpieza que tienen importancia para la protección de nuestra salud, de la familia y de la comunidad, como desinfectantes, alcohol, etc. y aprender a usarlos diaria y permanentemente. Urgente practicar el ahorro, el sistema financiero recomienda como mínimo el 10 % de los ingresos debe ir al ahorro personal, así aprenderemos a “guardar pan para mayo”.
2. Responsabilizar a las Instituciones Educativas (II.EE) toda la educación de nuestros hijos.
Con mucha frecuencia, algunos padres o madres de familia, responsabilizan a las Instituciones Educativas la formación de sus hijos. Considero que las responsabilidades son compartidas, tanto del docente como de los padres de familia; en la casa, en el hogar la parte formativa en la educación de los hijos es de mayor responsabilidad de los padres sumado a ellos la estricta vigilancia en el cumplimiento de sus deberes como estudiante y en los contenidos visualizados por la televisión nacional o extranjera; mientras que la educación sobre las disciplinas científicas, tecnológicas y otras saberes es de mayor responsabilidad de los docentes en las II.EE. Entonces tanto los padres de familia como los docentes deben contribuir a la consolidación de lo aprendido en la casa y en la escuela. Solo así se podrá lograr mejores aprendizajes y los niños y jóvenes estarán mejor preparados para la vida tanto profesional, laboral, familiar, comunal y social.
“En la casa se aprende a: saludar, dar las gracias, ser limpio, ser honesto, ser puntual, ser correcto, hablar bien, no decir groserías, respetar a los semejantes, ser solidarios, comer con la boca cerrada, no robar, no mentir, cuidar la propiedad y la propiedad ajena, ser organizado. En la escuela se aprende: Matemáticas, castellano, ciencias, estudios sociales, inglés, geometría, y se refuerzan los valores que los padres y madres han inculcado a los hijos”.
“Pepe” Mujica, Uruguay
Recordemos lo planteado por José Alberto “Pepe” Mujica Cordano, ex presidente Uruguayo, reconocido como una autoridad en la orientación de la conciencia humana (imagen izquierda). En resumen, en importante desaprender estas dos prácticas reflexionadas para evitar el consumismo y asumir un nuevo rol educativo en la formación de nuestros hijos.
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